10 de Abril; La Batalla de Pozo de Vargas:

Hasta la zamba se apropiaron los salvajes unitarios

Cuando la Montonera con su jefe patriota, Felipe Varela, quiere recuperar la Rioja que había tomado Antonio Taboada, unitario santiagueño, y tras una acuerdo con éste, deciden la suerte en un combate fuera de la ciudad capital de la Rioja.

Tras una emboscada hábilmente preparada en un pozo de agua denominado “Pozo de Vargas”, por el santiagueño, la montonera bajo el mando de los capitanes Santos Guayama, Severo Chumbita, Estanislao Medina y Sebastián Elizondo, reciben las descargas de los fusiles de los “nacionales unitarios”.

Felipe Varela, al igual que el general San Martín en el combate de San Lorenzo, es derribado tras la muerte de su caballo, pero esta vez no había un sargento para morir al salvarlo, sino que fue la “tigra” Dolores Díaz, quien en la anca de su caballo saca de la muerte al jefe federal.

La “tigra” cayo luego prisionera de Taboada, quien la lleva al campo de concentración en Santiago del Estero denominado “Brachal”

Pero volvamos al Quijote de los Andes, que después del desastre de Pozo de Vargas no se siente vencido. En los altos de la marcha, los sobrevivientes cantan la letra original de la zamba de Vargas.

Los “nacionales” vienen
¡Pozo de Vargas!
tienen cañones y tienen
las uñas largas.
¡A la carga muchachos,
tengamos fama!
¡Lanzas contra fusiles!
Pobre Varela,
que bien pelean sus tropas
en la humareda.
¡Otra cosa sería
armas iguales!

Luego el ejército mitrista se apropiaría de esa música y le cambiaría la letra a la zamba de Vargas.

Antonio Taboada habría llevado “su” banda de música desde Catamarca. Pero Felipe Varela no fue vencido, continuo su lucha para salvar a la Patria de los "ideales" de la Revolución Francesa, tampoco Taboada tuvo la fuerza ni el coraje para seguirlo entre los cerros.

(Resumen de “La Guerra del Paraguay y las Montoneras. José María Rosa)