Esencialmente
nos advierte sobre la democracia y el concepto insípido de la “libertad” concebida
por la revolución francesa.
….pero lo que no puedo concebir es el que haya
americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para
humillar su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en
tiempos de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede
hacer desaparecer.
Ya es tiempo de dejarnos de teorías, que 24 años
de experiencia no han producido más que calamidades. Los hombres no viven de
ilusiones, sino de hechos: ¿qué me importa que se me repita hasta la saciedad
que vivo en un país de libertad si por el contrario se me oprime?... ¡Libertad!
désela usted a un niño de tres años para que se entretenga por vía de diversión
con un estuche de navajas de afeitar, y usted me contará los resultados.
¡Libertad! Para que un hombre de honor se vea atacado por una prensa silenciosa,
sin que haya leyes que lo protejan y si existen se hagan ilusorias. ¡Libertad!
Para que si me dedico a cualquier género de la industria, venga una revolución
que me destruya el trabajo de muchos años y la esperanza de dejar un par de
bocados a mis hijos. ¡Libertad! Para que se me cargue de contribuciones a fin
de pagar los inmensos gastos originados porque a cuatro ambiciosos se les
antoja por vía de la especulación, hacer una revolución y quedar impunes.
¡Libertad! ¡Libertad!...Maldita sea la libertad, ni será el hijo de mi madre el
que vaya a gozar de los beneficios que ella proporciona, hasta que no vea
establecido un gobierno que los demagogos llamen tirano y me proteja contra los
bienes que me brinda la actual libertad.
General Don José de San Martín: DIOS Y PATRIA!