sábado, 22 de agosto de 2009

Se viene, se viene...
Tras el análisis de nuestro amigo el artillero, estamos de acuerdo con su punto de vista, sobre la posible reacción popular en el páis de los K, si se sigue con el modelo chavista, que hoy explotó ante una nueva ley educativa totalmente marxista.

(I) Lo que pasó en la Villa 31 es indicio más que firme de que el viento de la insurrección sopla con mayor intensidad y dentro de la misma ciudad de Buenos Aires, donde los habitantes del asentamiento atacaron unas instalaciones de la Prefectura con bombas molotov, después que un suboficial de la Fuerza actuó en legítima defensa, viéndose obligado a ultimar a una de las delincuentes que intentaron asaltarlo, portando las famosas “tumberas”. La conducta de ambas parece ser un dato sin importancia para cierto periodismo, que ha dirigido las cargas contra el funcionario, en aras de lo políticamente correcto. No hace falta ser un lince para saber el uso que harán los grupos marxistas de esa muerte, incitando a la resistencia contra el “poder del estado explotador” (al cual ellos quieren entregar el manejo de la economía, al mismo tiempo que pugnan por desarticular totalmente a las FF.AA. y de Seguridad). ¿Qué nos dirá el neo-Vicario de las Villas de Emergencia, el padre “Pepe” di Paola, que se pira por la “espiritualidad villera” y cuyos númenes son los curas montoneros Ricciardelli y Mugica?
Se viene, se viene.

(II) Para mañana, el Morcilloso Luis ha convocado a un “cabildo abierto de la militancia popular y revolucionaria” para defender el “modelo K”, cuyo único objetivo es recuperar el poder perdido, lo que están consiguiendo a costa de la pseudo oposición, cuyo único interés es “asegurar la gobernabilidad” para seguir currando. Si se tuviera conciencia de la dramática situación argentina, lo natural y lógico es derrocar a los Kirchner, saliendo a la calle con nuestras cacerolas, y que después la Justicia se encargue. Cada día que permanezcan en el poder, el daño que hacen será cada vez más difícil de reparar, y lo tengo por verdad de Perogrullo.

jueves, 20 de agosto de 2009

IGLESIA GENEROSA!

Por sus frutos lo conocereís.(Mt. 7,20),
Desvarío del ex titular de la diócesis de la Rioja, actual arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa. Menem es un Santo? (Pero no de mi devoción)
Además de la de Menem, aparecerán junto a la del santo las caras de otros protagonistas de la política local como el actual gobernador Angel Maza, su vice Luis Beder Herrera, el ex gobernador Bernabé Arnaudo, el ex intendente de la capital Luis Agost Carreño y el párroco de la catedral, Héctor Montiel.
El mural será colocado en el ala izquierda de la catedral, cerca del altar en un lugar visible.
El cuadro, de 6 metros de alto por 4 de ancho, retrata una masiva movilización realizada en junio de 1995, durante la presidencia de Menem, en la que la imagen del patrono local recibió la visita de la imagen de la Virgen del Valle catamarqueña.
Visto en:

http://santaiglesiamilitante.blogspot.com/2009/08/indignante-la-arquidiocesis-de.html

miércoles, 19 de agosto de 2009

EXCELENTE DEFINICION

LOS ENEMIGOS DE LA PATRIA

En éstas imágenes se sintetízan la realidad sobre quienes someten a la Argentina.

lunes, 17 de agosto de 2009

El Milagro de Boulogne Sur Mer

La estatua del Gral. San Martín en Boulogne Sur Mer
by Radio Cristiandad
http://radiocristiandad.wordpress.com/
Luego de la muerte del General José de San Martín, las autoridades argentinas decidieron comprar la casa donde había muerto, en Boulogne-Sur-Mer, Francia, y mandar construir un gran monumento en la costa de dicha ciudad. El monumento fue majestuosamente inaugurado; casi sobre la playa, es uno de los pocos de la ciudad.
A pesar de estar a la vista de todos, sobrevivió el implacable bombardeo aliado de la costa, siendo prácticamente la única estructura intacta de la zona. Más adelante, cuando los alemanes saquearon las ciudades en búsqueda de materiales estratégicos como el bronce, no tocaron el monumento; no se sabe si por respeto a las figura del prócer o para no herir la sensibilidad del gobierno argentino, el cual había sido un aliado de los nazis.

Bombardeo aliado de Francia
El siguente artículo del año 1947, que cuenta con dramatismo lo que sucedio durante losbombaredeos aliados
El pequeño grupo de argentinos que el 17 de agosto de 1947 se encontraba en Boulogne-sur-Mer, vio el monumento que en esa ciudad se levanta a nuestro Libertador.
No es posible referir lo que bien puede llamarse “el milagro de la estatua de San Martín”, sin antes destacar que Boulogne resulta un lugar grato al sentimiento argentino, pues en él se mantiene vivo el recuerdo y hasta podríamos decir sin exageración alguna, el culto de San Martín.
El siguente artículo del año 1947, que cuenta con dramatismo lo que sucedio durante los bombaredeos aliados.
Monumento al general San Martín en Boulogne-sur-Mer, luego del bombardeo del 15 de junio de 1944

La estatua, como se ha dicho, está emplazada en un paseo costero, a la salida del puerto, sobre cuya otra margen y a una distancia no mayor de doscientos metros, la marina alemana construyó una sólida y espectacular base de submarinos, protegida por gruesas y sucesivas capas de cemento de, al parecer, tres o cuatro metros de espesor.

Era la base enemiga más próxima a Inglaterra, por lo que, como es de imaginar, fue una preocupación constante del mando aliado, que procuró hostigarla permanentemente y anularla en la medida que le fuera posible.
Puede asegurarse que esa base fue casi el objetivo único de Boulogne-sur-Mer, y la causa de las horribles heridas que muestra, que la han convertido en una de las ciudades más castigadas de Francia.
Boulogne-sur-Mer soportó 487 bombardeos aéreos y gran cantidad de ataques navales; desaparecieron barrios enteros, como los de Capécure, Ave María y Saint- Piérre, el más castigado indudablemente, y próximo a la estatua del Libertador. Durante la noche del 15 de junio de 1944, 300 aviones arrojaron mil doscientas toneladas de proyectiles sobre Boulogne.
Todos esos bombardeos buscaban herir la base de submarinos, instalada a alrededor de doscientos metros de la estatua del Libertador.
Es sabido que por encontrarse semejantes objetivos fuertemente defendidos, el ataque se efectúa desde gran altura, lo que explica que alrededor de dicha base, a una y otra margen del río, la destrucción resultara completa.

Boulogne-sur-Mer – Fiesta de la inauguración de la estatua del general San Martín el 24 de octubre de 1909
El barrio de Saint-Piérre, como se ha dicho, no existe; los hoteles y construcciones de la calle Saint-Beuve, han desaparecido, y los jardines del paseo de la misma, parece que hubieran sido arados.
A varios años de la liberación de Boulogne, aún el escenario es desolador y triste.
Todo ha sido destruido o cuando menos seriamente lesionado por la furia de la guerra, en ese gran sector del puerto. Todo, menos algo: la estatua de San Martín.
Es imposible intentar una explicación del milagro: los bombardeos fuero totales, despiadadamente perfectos, todo el sector fue arrasado. Las bombas estallaron a uno y otro costado del monumento, sólo ligeras esquirlas tocaron la base.
En cada ataque caían centenares de casas y edificios, se destruían jardines y calles; pero del remolino dantesco del polvo, el fuego y el humo, sólo una cosa surgía serenamente enhiesta, magníficamente segura y como indiferente a tanta locura de destrucción y de muerte: la estatua del General San Martín.
La razón no puede explicar el fenómeno, que tampoco es atribuible a la casualidad, por la intensidad de los bombardeos y lo numerosamente repetidos.
Para el pueblo boloñés –y ya se conoce el antiguo buen sentido del pueblo de campo francés-, se trata de un milagro, y así lo llaman: el milagro de la estatua de San Martín.
Nosotros creemos también en la explicación que da la gente sencilla de la ciudad de Boulogne. Creemos que hubo una mano superior y ultraterrena que desvió la bomba destructora.
Creemos que ha habido una voluntad que quiso revelarse por el signo cierto de un amparo a todas luces imposible.
Y creemos, en fin, que la elección de su estatua es un mensaje decisivo y elocuente a los pueblos y a los hombres.
Tenemos que creerlo así, del mismo modo que la gente sencilla de Boulogne, que encontró la explicación del milagro de la estatua del general San Martín.
Monumento del General José de San Martin Boulogne Sur Mer


Mensaje para zurditos utópicos, progresistas vernáculos y seudo socialistas del siglo XXI

domingo, 16 de agosto de 2009

159º Aniversario Fallecimiento General San Martin
"...Sus rasgos fisonómicos eran muy expresivos y simpáticos, su mirada viva y penetrante, sus modales llenos de afabilidad... Su conversación, fácil y jovial, era una de las más atractivas que he escuchado..."
Albert Gérard en "L'lmpartiaí" de Boulogne-Sur-Mer


"La iconografía ha fijado para siempre algunas instancias de aquella etapa de Boulogne-Sur-Mer. La única fotografía del anciano, en esos años, es el daguerrotipo parisino de 1848. Sobre él trabajó su aguafuerte Ed-mond Castan, difundiendo la imágen del gran viejo de cabeza blanca, algo ennegrecido todavía el bigote y las cejas, erguido en su asiento.

La decisión de vender su residencia de Grand Bourg, concretada en agosto de 1849, confirma su decisión de alejarse de Francia. Solamente rescató los muebles y pertenencias de su dormitorio, que trasladó a su habitación de Boulogne-Sur-Mer, y que hoy se hallan resguardados en una sala de nuestro Museo Histórico Nacional, respetando la distribución que tuvieron en los altos de Gérard. Estos muebles revelan la sobriedad del ambiente en que desarrollaba su vida cotidiana, pautada por hábitos estoicos.
En Boulogne-Sur-Mer se agudiza el mal de cataratas en ambos ojos, que empezó a presentarse en 1845 y que había de limitarlo sensiblemente provocándole una acentuada desazón. La ceguera gradual le impidió el goce de la lectura, a la que era tan afecto, y la redacción de sus cartas, de lo que se lamenta en reiteradas ocasiones. También lo obligó a una mayor reclusión y a espaciar sus paseos vespertinos con sus nietas Mercedes y Josefa, por las que tenía entrañable cariño y quienes a veces le servían de lazarillo.
Él mismo había dicho, me resta la esperanza de recuperar mi vista el próximo verano, en que pienso hacerme la operación a los ojos. Si los resultados no corresponden a mis esperanzas, aún me resta el cuerpo de reservas (en evidente alusión castrense), la resignación y los cuidados y esmeros de mi familia.
La anhelada intervención quirúrgica, efectuada en la primavera del año siguiente, apenas si le restituyó algo de su vista. Ese mismo año tuvo un nuevo ataque de cólera y recrudeció su gastritis crónica -qué tanto le afectó en sus campañas militares- con vómitos de sangre y punzantes dolores. También se agravó su úlcera. A fines de la primavera de 1850 se trasladó, para atenuar sus dolencias, a los baños termales de aguas sulfurosas de Enghien, cerca de París. Permaneció allí hasta el mes de julio, recuperándose parcialmente. Sus hijos intentaron disuadirlo de regresar a Boulogne-Sur-Mer, considerando la humedad de su clima, pero fue en vano. Escribe Mariano Balcarce: no pudo, por el mal tiempo, hacer elejercicio que le era necesario; perdió el apetito y fue postrándose gradualmente. Aunque sus padecimientos destruían sus fuerzas físicas y su constitución, que había sido tan robusta, respetaban su inteligencia. Conservó hasta el último instante la lucidez de su ánimo y la energía moral de que estaba dotado en alto grado.
El día 6 de agosto salió a dar un paseo en carruaje - ya que le era imposible hacerlo a pie y volvió tan extenuado que debió ser auxiliado para descender del coche y subir las escaleras hasta su dormitorio. El día 13, por la noche, fue atacado por agudos dolores de estómago y debió recurrir a una fuerte dosis de opio para amenguarlos. Como única manifestación frente al padecimiento, dijo a su hija, que lo asistía con la ternura de siempre: “C'est !'orage qui mene au port! es la tempestad que lleva al puerto!”. Doble delicadeza del padre que se vale del francés y de una metáfora para expresar su sensación del inminente fín y no agravar el dolor de su hija.
Al día siguiente amaneció amortecido pero, en medio de una fiebre alta, se recuperó. En la mañana del 17 de agosto, se mostró con aparente mejoría y pidió pasar a la habitación de su hija y escuchar la lectura de los periódicos.
El doctor Jardón, que lo atendía, lo visitó y aconsejó la asistencia de una hermana de caridad para secundar a Mercedes en la atención que el enfermo requería. Hacia las dos de la tarde rodeando su lecho su hija, su yerno, las niñas y Francisco Javier Rosales -encargado de la representación de Chile en Francia- se produjo una nueva crisis de gastralgia y fue recostado en el lecho de su hija: Mercedes, esta es la fatiga de la muerte... Sus últimas palabras fueron para pedir a Mariano que lo condujera a su habitación. A las tres de la tarde expiró.

Registrado oficialmente el deceso, se embalsamó el cadáver y el día 20, poco después de las seis de la mañana, desafió de la casa de Gérard un reducido cortejo que se detuvo, para un responso, en la iglesia de San Nicolás.
Después, la triste procesión continuó hacia la catedral de Nuestra Señora de Boulogne donde, gracias a los buenos oficios del abate Haffreigue, sus restos fueron depositados en la cripta catedralicia. Allí reposarían hasta su traslado, en 1861, al panteón familiar en el cementerio de Brunoy.

Tres testimonios directos nos ofrecen sus impresiones sobre los penosos días del Libertador en Boulogne-Sur-Mer: las cartas de su yerno y los artículos necrológicos de Félix Frías y de Albert Gérard.

Frías lo encontró durante su último viaje a los baños termales: en algunas conversaciones que tuve con él en Enghien... pude notar un mes antes de su muerte que su inteligencia superior no había declinado. Vi en ella el buen sentido, que es para mi el signo inequívoco de una cabeza bien organizada. Conversó con San Martín sobre Tucumán, Rivadavia, los años de su Tebaida cuyana, el estado actual de Francia y las cualidades de los franceses.
Su memoria conservaba frescos y animados recuerdos de los hombres y de los sucesos de su época brillante. Su lenguaje era de tono firme y militar, cual es de un hombre de convicciones meditadas. Pero, hacía algún tiempo que el general consideraba próxima su muerte, y esta triste persuasión abatía su ánimo, ordinariamente melancólico y amigo del silencio y del aislamiento... Su razón, sin embargo, se ha mantenido entera hasta el último momento.
Frías arribó a la casa de San Martín pocas horas después de su muerte: en la mañana del 18 tuve la dolorosa satisfacción de contemplar los restos inanimados de este hombre, cuya vida está escrita en páginas tan brillantes de la historia americana. Su rostro conservaba los rasgos pronunciados de su carácter severo y respetable. Un crucifijo estaba colocado sobre su pecho y otro entre dos velas que ardían al lado de su lecho de muerte. Dos hermanas de caridad rezaban por el descanso del alma que abrigó aquel cadáver.

Gérard publicó su artículo en "L'lmpartiaí" de Boulogne-Sur-Mer y en él decía de su huésped: El señor de San Martín era un lindo anciano de elevada estatura, que ni la edad, ni la fatiga, ni los dolores físicos habían podido doblegar. Sus rasgos fisonómicos eran muy expresivos y simpáticos, su mirada viva y penetrante, sus modales llenos de afabilidad... Su conversación, fácil y jovial, era una de las más atractivas que he escuchado. "

*FUENTE http://www.rgcgsm.mil.ar/