miércoles, 16 de septiembre de 2009

LARRABURE PRESENTE!

El Inadi y la Armada prohìben gritar LARRABURE PRESENTE!!
Cartas de lectores
Publicado en edición impresa
Discriminación
Señor Director:
"He recibido la resolución del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), firmada por su vicepresidente, Mouratian, sobre una denuncia por discriminación efectuada contra el almirante Olmedo, en razón de haber éste sancionado a mi esposo «por no controlar a su esposa» en el acto de graduación de nuestro hijo, por haber gritado el apellido de una víctima del terrorismo (Larrabure) durante el discurso de la Presidenta. El Inadi avaló la postura de la directora de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, Ileana Arduino, quien consideró que no hay discriminación, puesto que, como falsamente afirmaba el denunciado almirante, «La sanción impuesta por la Armada Argentina halló sus razones en el deber que posee el personal militar, en función de su estado, de velar por la conducta de quienes lo acompañen a un evento militar». Agrega que el hostigamiento laboral posterior ejercido sobre mi esposo no tiene «relación con estas circunstancias» y basa esta afirmación en la explicación ad hoc que también ofrecía el propio almirante Olmedo.
"En cuanto a la discriminación ideológica, adhiere a la teoría de que se trata de una mera «conjetura». Al avalar estas distorsionadas proposiciones se está discriminando a los militares, sus familias, sus amistades y sus ocasionales acompañantes. Procede entonces un cambio jurídico: que aquellos ciudadanos y militares que el poder y sus laderos de turno decidan, queden fuera del sistema de garantías constitucionales y puedan legalmente ser víctimas de actos de discriminación e imposiciones arbitrarias."
Mónica C. Liberatori de Toulemonde DNI 14.951.432

Revolución Libertadora: La cuarta invasión inglesa

Autor: Fermín Chavez, Revista Primera Plana Nº 507, 13 de septiembre de 1973."La contrarrevolución de 1955 no fue gestada en 1954. No nació con el negocio petrolero iniciado con la Standard Oil, ni en el conflicto con la Iglesia argentina. La confabulación venía tomando cuerpo desde la segunda mitad de 1950 y principios de 1951, a través de los trabajos que realizaban en el ejército Pedro Eugenio Aramburu, Luis Leguizamón Martínez, Benjamín Menéndez, Eduardo Lonardi y José F. Suárez.
Si el movimiento peronista y su gobierno tuvieron fuertes enemigos internos, no es menos cierto que los hubo mayores en el exterior. El principal, entre éstos, era un imperio en decadencia, pero un imperio al fin. Inglaterra, puesto que de ella hablamos, iba a jugar sus cartas con maestría y sin esos movimientos bruscos que delatan a los carteristas novicios. En este sentido, la Argentina de 1955 fue la carpeta de juego en que los legos debieron enfrentar, con desventaja, a los fulleros.
La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas y a la burguesía del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses británicos, que a la postre se unirían con quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha. Si es verdad que sancionó a los Bemberg, es cierto también que lesionó duramente la esfera de influencia de los británicos.
En un olvidado artículo periodístico, de 1957, Juan Perón señaló que la llamada “revolución libertadora” trajo la cuarta invasión inglesa. “Ante la incredulidad de propios y extraños –escribía-, nacionalizamos, comprando y pagándoles, los transportes, puertos, teléfonos, silos y elevadores, frigoríficos, servicios de gas y energía, el Banco Central, creamos la Flota Mercante, que llegó a ser la cuarta del mundo, y dimos al país transportes aéreos. Industrializamos la Nación facilitando la instalación de industrias pesadas. Asimismo, fabricamos gran cantidad de maquinarias y automotores. Así logramos la independencia económica, arrojando por tercera vez al invasor británico”. En otro párrafo del texto que estamos rememorando decía Perón: “Nuestra economía justicialista les resultó desastrosa. Sirva un ejemplo: en textiles y afines importábamos de Inglaterra por un valor de 100 millones de dólares anuales. En 1954, esa cifra se redujo a medio millón anuales. Como último bastión, le quedaba nuestro mercado comprador de petróleo. Inglaterra nos vende combustible por valor de 350 millones de dólares por año. Nuestro gobierno había firmado ad referéndum del Congreso de la Nación, un “contrato de locación de servicios” con la Standard Oil de California. Por éste, la compañía norteamericana se comprometía a explorar parte de nuestro subsuelo y extraer el petróleo que hubiera, el que debía ser entregado en su totalidad a YPF para su comercialización”.
Es posible que los ingleses hayan hecho el cálculo de la pérdida que el cambio de política petrolera significaba para ellos, y que decidieran intervenir, contando como contaban con fuertes aliados en la marina de guerra argentina. Los hechos parecen dar entera razón a estos asertos. El viaje de Milton Eisenhower a la Argentina, registrado en el invierno de 1953, indicó el principio del cambio en cuanto a relaciones internacionales. En menos de dos años el cuadro varió visiblemente. El 26 de mayo de 1955 el profesor Silenzi de Stagni dio su famosa clase contra el proyecto de contrato petrolero, que tanto impresionó a los jefes de las Fuerzas Armadas. El 31 de agosto la comentó el periódico Die Welt, de Hamburgo, sobre la base de una síntesis enviada por su corresponsal.
El grupo Bemberg, símbolo de toda una época de la Argentina librada al apetito de los consorcios internaciones, se convirtió en el enemigo más enconado e intrigante de Perón. Los misteriosos “accionistas franceses” de la Cervecería Quilmes no se quedaron quietos y acrecentaron la propaganda antiargentina en el exterior. Al grupo Bemberg se agregó en 1951 el grupo Gainza Paz, estrechamente ligado a la UP y a la SIP, cuando el movimiento expropió La Prensa y lastimó a la oligarquía en dos de sus mucosas más sensibles: el bolsillo y el orgullo de clase.
Finalmente en la consolidación “moral” del frente antiperonista interno jugaron un papel importante las logias masónicas y otras agrupaciones típicas de la burguesía antinacional".

No hay comentarios: