El 6 de abril del 2009 la Sra. Delicia Rearte de Giachino pronunciaba un discurso para una de las fechas más memorables de nuestra historia, donde decía que había que poner a Malvinas en su justo lugar. Y su justo lugar es sin dudas lo más alto de la Patria Argentina.
Hace ya 2 año que esas palabras hicieron eco en nuestro derrotero malvinizador, en el 2009 llevamos el testimonio de Malvinas a la cima del cerro Champaqui, el año pasado nos propusimos llevarlo mas alto y lo intentamos en el Volcán Lanin que como muchos recordaran no pudimos hacer cumbre a pesar del sacrificio. Luego de esa expedición nuestra proclama fue una sola, VOLVEREMOS…
Cumplir cueste lo que cueste cuando damos la palabra es compromiso de honor para un argentino bien nacido y tratándose de Malvinas la promesa es impostergable.
Viajamos casi 2000 Km. desde Paraná hasta Junín de los Andes para reencontrarnos con el Volcán mas alto de Argentina y con los dos invitados de honor que este año nos acompañarían en la expedición, el My Hugo Reinaldo Abete y su hijo Santiago
A las 9hs comenzamos la marcha luego de terminar los controles y registros reglamentarios ante las autoridades del Parque Nacional Lanin, lo que viviríamos en las próximas 48hs quedaría guardado para siempre en nuestros corazones.
Todo estaba listo, la mochila con el equipo, los víveres y la oración que nos dio el permiso para comenzar con el esfuerzo de llevar el testimonio de nuestra causa a la cumbre del volcán mas alto de la Patria.
Cruzamos el bosque en compañía de los tábanos y comenzamos el ascenso por el camino de las mulas, el día se presentaba esplendido y nuestro objetivo se estaba haciendo realidad paso a paso, por que el Lanin es justamente eso, PASO A PASO.
Con el paso de las horas se comienza a sentir el cansancio y los dolores que nos acompañaran por varios días. Es casi inevitable entonar algún cántico patriótico para levantar el espíritu de vez en cuando.
El sudor nos dejo a las 16hs aproximadamente en el refugio del RIM26 situado a 2300m de altura, donde descansaríamos en las próximas horas para reponer fuerzas y continuar hacia la cumbre.
No encontramos mejor manera para reponer fuerzas que celebrando la santa misa, por primera vez en la historia, en el refugio situado a 2300m. Agradeciendo a Dios por la jornada vivida, pidiendo su protección para llegar hasta la cumbre, ofreciendo nuestro sacrificio por la memoria de los caídos en defensa de la Patria y rogando por su eterno descanso.
Luego de la cena a plena luz del día y con la vista maravillosa que nos ofrecía el paisaje nos fuimos a dormir, algunos en el refugio y otros en carpa de alta montaña.
La nueva jornada comenzó a la una de la madrugada, tomamos una ración caliente y nos preparamos para atacar la cumbre, la noche se presentaba fría pero transparente, quizás como alguna noche Malvinera del 82, cuando estuvimos todos listos recordamos en breves palabras la grandeza de nuestra causa y el compromiso de llevar nuestro testimonio hasta la cumbre, así fue que bajo ese cielo colmado de estrellas entonamos las estrofas de “Oíd Argentinos” y comenzamos la marcha.
Desde las 2 de la madrugada hasta las 3 y media marchamos entre las piedras, iluminando el camino con linternas, y luego nos colocamos los grampones para entrar en el hielo. Los dolores del día anterior se fueron mitigando a medida que el cuerpo se calentaba, aunque no desaparecieron.
Con el paso de las horas comienza a salir el sol, la marcha solo se detiene para ingerir agua y alguna barrita de cereal, la temperatura comenzó a bajar con la salida del sol y el viento se incrementaba cada vez que dábamos un paso. La altura se hace sentir, pero nuestra causa es más fuerte.
Alrededor de las 8hs nos enfrentamos al primer inconveniente serio a los 3200m de altura, Francisco de 14 años estaba descompuesto y con dolor de cabeza, no era seguro seguir adelante y teníamos que bajarlo. En esa situación debíamos desprendernos de uno de los dos guías para bajar a Francisco y la expedición seguiría adelante con un solo guía, pero ante otro problema similar la expedición debía suspenderse, pues cuando queda un solo guía, suben todos o bajan todos.
Finalmente fue el My Abete quien bajo a Francisco y a Rubén, eso permitió que la expedición continuara con los dos guías y las mismas posibilidades de éxito. El bien común prevalece sobre el bien individual, todos lo sabemos pero el My Abete, con su experiencia, fue quien lo puso en práctica. Abete portaba en su mochila un testimonio del Tte. Estévez y del Cnel Seineldin, cuando un padre no puede cumplir su promesa por razones de fuerza mayor, el hijo es quien toma el compromiso y así se hizo. (De tal palo, tal astilla). Mientas continuábamos la marcha y los tres compañeros descendían desplegamos una bandera para agradecerle al My Abete su gesto de solidaridad y nobleza, la bandera decía “CNEL SEINELDIN PRESENTE” y Abete a la distancia nos respondió con su puño cerrado en alto y su mano en el corazón.
La causa no se rendía a pesar de los nuevos inconvenientes por fatiga y dolores, el terreno se presentaba peligroso debido al deshielo y los gritos advertían que venia una piedra rodando por la pendiente de unos 45º.
Finalmente a las 11:40hs pusimos a Malvinas en la cumbre del Volcán Lanin, nos abrazamos, lloramos, agradecimos a la Virgen y a Dios nuestro Señor por permitirnos llevar este testimonio hasta la cumbre, desplegamos nuestra bandera al viento y gritamos mil veces
VIVA LA PATRIA… VOLVEREMOS!!!
ASA
y la ultima derrota?
La ultima derrota es un orgullo...
Les juro que ante el gúrca NO TEMBLE!!!
Y si salí hasta con el alma rota...
Tambien juro...
A MALVINAS VOLVERE!!!
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